jueves, 21 de septiembre de 2017

Día Mundial del Alzheimer 2017: "Sigo siendo yo"


El Alzheimer es un problema socio-sanitario de primera magnitud con incidencia en todos los órdenes de la sociedad, cuya evolución está estrechamente ligada a la extensión de la esperanza de vida de la población. La dependencia que genera afecta no sólo a la persona que sufre directamente la enfermedad sino también a la familia cuidadora, además de a importantes colectivos de la sociedad que se ven “tocados” por los efectos de la enfermedad en los cuidadores familiares. El Alzheimer es, pues, un problema de todos, y entre todos ha de afrontarse, trascendiendo de fronteras, ideologías u otro tipo de condicionamiento.

Este año 2017 la Confederación CEAFA para el Día MUNDIAL del Alzheimer pretende dar un paso más y dar relevancia a un eje tan fundamental como “escondido” hasta el momento: las personas diagnosticadas de Alzheimer en fase inicial o leve, cuya visión, experiencia, conocimientos, inquietudes, necesidades, opiniones… deben ser tenidas en cuenta a la hora de planificar cualquier acción específica en esta materia. Con el lema "Sigo siendo yo".


Reivindicaciones de CEAFA 2017 "Sigo siendo yo"




martes, 12 de septiembre de 2017

10 COSAS normales que nos suceden al envejecer y que NO debemos confundir con Alzheimer


Hace unos días estaba en la cocina, pongámonos en situación: verano, Sevilla, 40 grados... gazpacho o salmorejo no había otra opción. Le puse su tomate, su pan, su pepino, su sal, su aceite, su pimiento, nada de ajo que se me repite, le añadí su sal, su vinagre, le puse su sal... si has leído bien, le puse 3 veces sal, claro está, bye bye gazpacho. Total, que a pesar de haber preparado mil veces esta receta, entre charla de teléfono y mensaje de whatsapp me despisté, y preparé una salmuera. 

Claro que la cosa podría haberme asustado, estaré empezando a perder el norte? No, simplemente no presté atención a lo que hacía, y como estas podemos toparnos con múltiples situaciones en nuestro día a día que son olvidos comunes que no debemos confundir con la pérdida de capacidades cognitivas (tengamos la edad que tengamos)

Nuestro cerebro envejece con nosotros, y con el paso del tiempo, o la falta de atención podemos sufrir olvidos o despistes que no debemos confundir con signos alarmantes, siempre y cuando seamos conscientes de haberlos cometido. Por ello es necesario que sepamos diferenciar qué síntomas pueden ser reveladores de una enfermedad y qué dificultades son completamente normales a medida que envejecemos.

10 COSAS normales que nos suceden al envejecer y que NO debemos confundir con Alzheimer

1. Olvidar fechas señaladas. A todos nos puede pasar, es muy habitual y no debe ser alarmante. Olvidar un cumpleaños, la hora del médico o tomar una medicina.

2. Cometer errores puntuales. Para muestra mi fracaso de gazpacho. Si somos conscientes del error, no debemos preocuparnos, todos nos equivocamos. 

3. Necesitar ayuda para utilizar nuevos aparatos (TV, móvil...) Si cuando compramos un móvil nuevo necesitamos un día para hacernos con sus nuevas capacidades (evitaré hablar del drama de cambiar de Android a IOS, y viceversa), es más que normal que perdamos cierta agilidad con la edad.

4. No encontrar una palabra durante una conversación. Lo tengo en la punta de la lengua, ¿no te ha pasado? a todos nos ha pasado. Aquí el detalle a tener en cuenta es que sabemos lo que queremos decir, pero no encontramos la palabra (no confundir con AFASIA).

5. Perder cosas puntualmente. Si alguien encuentra el vigésimo bálsamo labial que he perdido que me avise. Lo más probable es que las hayamos perdido nosotros mismos y que, generalmente, seamos capaces de encontrarlas, es algo normal. Ante la duda consultar con objetos perdidos :)

6. Dejar de participar en algunas actividades sociales. No es de extrañar que con la edad nos apetezca menos salir o hacer ciertas actividades sociales. No me refiero a la inactividad por maratones de Netflix.

7. Sentirse incómodo con los cambios. Las rutinas que adquirimos en la vida no se llevan bien con los cambios repentinos, es normal que a medida que envejecemos, cualquier cambio nos haga sentir incómodos y se nos haga muy pesado.

8. Ser menos tolerante con los demás. No es que nos volvamos cascarrabias, simplemente no necesitamos dedicar tiempo a personas que no nos agradan, o simplemente disfrutamos de nuestra soledad. 

9. Mostrar menos interés por las cosas nuevas. No es extraño que a medida que envejecemos, hemos vivido mucho y de todo, por lo que las novedades no nos resultan cómodas, preferimos mantener nuestro hábitos conocidos. 

10. Ser menos ágil mentalmente. La dificultad para aprender cosas nuevas, puede verse incrementada, nuestro cerebro envejece y pierde agilidad.


Fuente de inspiración: Blog de la Fundació Pasqual Maragall