Miércoles, puede ser tan buen día como un viernes, o tan malo como un lunes. Sea como sea está a media semana... y vamos a darle un poco de ternura con la historia de Melvyn Amrine, que aunque puede parecer normal que el Día de la Madre un padre regale flores a su esposa año tras año, cuando uno padece Alzheimer la cosa se complica.
Melvyn Amrine, un hombre de 60 años que sufre de la enfermedad de Alzheimer, protagonizó una tierna historia un día antes del Día de la Madre. Un día antes del último Día de la Madre, la policía de la ciudad de Little Rock, en el estado de Arkansas, Estados Unidos, recibió la llamada de una mujer desesperada porque su marido, que sufre de la enfermedad de Alzheimer, había desaparecido de su casa.
Los policías encontraron a Melvyn Amrine a tres kilómetros de su domicilio. Sin poder especificar la dirección de su casa, ni mucho menos de dónde provenía, él estaba completamente seguro de a dónde se dirigía. No estaba confundido en cuanto a dónde iba: Melvyn se dirigía a comprarle flores a su esposa Doris por el Día de la Madre, como lo había hecho todos los años desde que ella había dado a luz a su primer hijo.
Los agentes avisaron por radio que recogerían al anciano y lo llevarían a casa pero en el camino Melvyn insistió en que tenía que comprar las flores para su esposa y no decepcionarla. “Tuvimos que ir por las flores, no tenía otra opción”, contó el oficial.
Fue así que los oficiales decidieron ayudar a Melvyn, y en secreto se detuvieron en un supermercado y lo ayudaron a compraron un ramo de rosas para su esposa. Los policías incluso colaboraron con el pago ya que al anciano no le alcanzó el dinero.
Una angustiada Doris Amrine se sintió aliviada al ver a su esposo de 60 años caminando en compañía de los policías, pero su alivio se convirtió en alegría cuando él le entregó las flores que él había comprado con ayuda de los agentes.
“Cuando lo vi que venía, y vi esas rosas y la sonrisa en su cara, me quebré por dentro. Dije muchas gracias porque vi su corazón”, cuenta Doris. “Es especial, porque a pesar de que la mente no se acuerda de todo, el corazón recuerda”, concluye.
Es una historia de amor en toda regla, a pesar de todo. Así que me permito una licencia ya que me he puesto ñoña... a ti, mi punto y aparte.
Fuente: http://peru.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario