viernes, 11 de mayo de 2018

CORTO " La silla de la vida"


Bienvenido/a al Blog de Mente y Cuerpo por Eloy Ortiz y Yolanda Muñoz

Los hermanos Carlos (director) y Roberto Valle (Dirección artística) presentan el cortometraje documental La silla de la vida que cuenta la amistad de dos mujeres mayores (Carmen y María), este corto esta teniendo tanto éxito que se ha paseado por Festivales de todo el mundo. 

Cortometraje documental que se rodó en 2012, durante una semana, en el pueblo toledano de Consuegra, muy conocido porque allí podemos ver los famosos molinos de Don Quijote. 

La historia narra la convivencia de 20 años entre dos amigas y una silla, afrontando juntas la vejez. 

La silla es la tercera protagonista de este corto, haciendo la vida de una de Carmen mucho más ágil a la hora de desplazarse de un lado para otro, la silla hace que Carmen se sienta segura y pueda seguir adelante en las tareas del hogar. 

En un ejercicio por dignificar la vejez, este vídeo nos acerca a la experiencia del tramo final de la vida. Los lados más amargos, las sonrisas y los incansables apoyos entre ambas tan bienvenidos en la vejez. 

No dudéis en verlo y compartirlo os dejamos la obra completa: 



Por Noor Abbas y Yolanda Muñoz





3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Maribel, gracias por participar. Efectivamente la historia de Carmen es como mínimo enternecedora, es un documental donde tener un pañuelo a mano no va mal!

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  2. El tesoro de la vida
    Entrañable documental. Asumir el paso del tiempo con dignidad es reflejo de sabiduría. Una sabiduría que emana de saber aceptar las limitaciones, el deterioro físico y cognitivo y la finitud de una existencia que roza su fin. Una existencia que tras haber construido mundo: superando obstáculos, trabajado y compartiendo, se enfrenta a un menoscabo fisiológico que no anula la capacidad de emocionarse, de gozar de las pequeñas cosas cotidianas, o de rememorar sentimientos enraizados en recuerdos afectivos del pasado que se prolongan en el día a día.
    Carmen y María “torean la vejez” con un valor encomiable, metáfora que Carlos y Roberto del Valle introducen en el corto con acierto; símil comprensible incluso para aquellos y aquellas que no compartimos la afición a la tauromaquia. Protagonistas de sus propias decisiones, las amigas sufren dolencias, pero también lloran, ríen, comparten y alcanzan gotas de felicidad, como las heroínas de las telenovelas que visionan juntas, y que mediante un lenguaje sencillo, melifluo casi siempre, pero efectivo, trasladan a las amigas a ensoñaciones de juventud. Etapa en la que el amor romántico ocupaba un lugar inolvidable.
    “Capean” el deterioro del tiempo con resignación, pero con un gran sentido del humor: “la piel pellejo”, “el mearse sin sentir”, “el tranquear de la salud”, el “llevar la cruz” del desgaste físico, las restricciones cognitivas y el “dolor” de un cuerpo que chirría. Sus anclajes son la voluntad (no renunciar a realizar labores domésticas simples, ni a moverse, pese a las incomodidades a las que una persona discapacitada se ve abocada por falta de recursos: una silla de ruedas, o la adecuación arquitectónica de la vivienda y del entorno), la fe (creer en un “Más Allá” ayuda a otorgar sentido a la existencia) y la alegría (“me quiero divertir” dice María). La confluencia de todas ellas elevan los actos cotidianos, como disfrutar de una merienda, de una compañía amable, de una conversación distendida, del olor del campo y de los alimentos, del canto de los pájaros, de una puesta de sol,…..a la categoría de emociones trascendentes. ¡Bravo chicas!

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