jueves, 25 de octubre de 2012

(III) Consejos básicos: Alzheimer Fase Grave

El alzhéimer se ha convertido ahora en un problema de enfermería que a la familia le será difícil gestionar.
  1. Coordinarse con el equipo de enfermería. Manténgase en contacto con la enfermera del centro de salud y acuda a ella cuando lo necesite. Será su mejor aliada en esta fase.
  2. Alimentación y nutrición. Procure que esté bien alimentado e hidratado. La tendencia en el alzhéimer avanzado es a perder masa muscular, lo que incide en el riesgo de úlceras por presión.
  3. Prevenir el riesgo de escaras. La pérdida de la movilidad trae consigo el riesgo de escaras o úlceras por presión. Para prevenir este problema tan difícil de corregir una vez que aparece, debe proceder a: Cambios posturales cada dos o tres horas, tanto en la silla o sillón como en la cama.Complementos proteicos. Aplicación de cremas o aceites hidratantes en las zonas de riesgo.Higiene muy cuidadosa. Uso de productos de apoyo como colchón y cojín antiescaras con bomba de aire.
  4. Procurar una deglución adecuada. La deglución se dificulta en esta fase. El enfermo necesitará primero tomar los alimentos cortados en trocitos muy pequeños y, más adelante, pasar a triturados pero llega el momento en que ni siquiera deglute bien los líquidos. Evite los atragantamientos con líquidos utilizando espesantes o gelatinas.
  5. Eliminar las infecciones. Vigile la aparición de una infección de orina. La agitación es un síntoma de este problema.
  6. Continuar el ejercicio físico. La gimnasia pasiva es una buena forma de mantener al enfermo tonificado y saludable aunque esté encamado. Pida que el fisioterapeuta le enseñe cómo practicarla.
  7. Decidir sobre la alimentación enteral. Si la deglución es ya muy dificultosa o imposible, el médico le sugerirá la posibilidad de la alimentación por sonda. Es el momento en que la familia debe decidir sobre mantener con vida al enfermo o dejarle marchar. Saber cuáles eran sus preferencias ayudará a unos y otros.
  8. Otras decisiones difíciles al final de la vida. La familia puede tomar la decisión de donar el cerebro del fallecido a un banco de tejidos para investigación neurológica. Con eso, estará colaborando con la investigación sobre estas patologías degenerativas y, además, recibirá un documento con el diagnóstico, ya del todo fiable, de qué demencia concreta padeció su familiar.

Fuente: Fundación Mutua Madrileña

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